Para ti caminante.
Conocer el camino no nos hace más sabios, andarlo con virtud, nos transforma en maestros.
Instagram: el.camino.infinito
lunes, 18 de febrero de 2013
La tensión mundial de hoy consiste en que la fuerza física y la energía etérica están en pugna. No olviden lo que dije anteriormente, que la fuerza etérica está íntimamente relacionada con la Mónada, el aspecto espiritual más elevado. Es la vida misma que está a punto de exteriorizarse. De allí el énfasis puesto sobre el espíritu de la humanidad, sobre el espíritu de una nación y el espíritu de un grupo. Todo esto es el resultado de la lucha que se está librando entre este par de opuestos, en el campo de los asuntos humanos y de la vida humana individual común. Sin embargo, tal conflicto ‑llevado al punto de síntesis y de unificación- trae la reorientación de la raza y del individuo hacia los verdaderos valores y hacia el mundo de la realidad. Si logra triunfar, conducirá al hombre, como individuo, y a la masa, como un todo, hacia el Sendero de Purificación. Cuando estas energías están unificadas en el plano físico, tenemos una actividad centralizada y la determinación de seguir una dirección específica. Después de esto se produce la resolución (observen esta palabra y su empleo) de la dualidad en una unidad. DK
domingo, 10 de febrero de 2013
Puesto que el desarrollo de una buena mente constituye uno de nuestros intereses fundamentales, es muy importante el modo como uno enseña. Tiene que haber un cultivo de la totalidad de la mente y no sólo la transmisión de informaciones. En el proceso de impartir conocimiento, el educador ha de invitar a la discusión y alentará a los estudiantes para que investiguen y piensen de una manera independiente. La autoridad, "el que sabe", no tiene cabida en el aprender. El educador y el estudiante están ambos aprendiendo, a través de la especial relación mutua que han establecido; pero esto no quiere decir que el educador descuide el sentido de orden en el pensar. Ese orden no es producido por la disciplina en la forma de enunciaciones afirmativas del conocimiento, sino que surje naturalmente cuando el educador comprende que en el cultivo de la inteligencia tiene que haber un sentido de libertad. Esto no significa libertad para hacer lo que a uno le plazca o para pensar con espíritu de mera contradicción. Es la libertad en la que al estudiante se le ayuda a darse cuenta de sus propios impulsos y motivos, los que se revelan a través de su cotidiano pensar y actuar.Jiddu Krishnamurti
viernes, 8 de febrero de 2013
Todas las reformas, por extensas y aparentemente duraderas que sean, son en sí mismas causa de ulterior confusión y nueva necesidad de reformas. Sin comprender todo el complejo ser del hombre, las meras reformas producirán sólo la confusa exigencia de más reformas. Las reformas no terminan nunca y, a lo largo de estas mismas líneas, no existe una solución fundamental. Las revoluciones políticas, económicas o sociales tampoco son la respuesta, porque han producido tiranías espantosas o la mera transferencia de poder y autoridad a manos de un grupo diferente. Tales revoluciones jamás son la salida para nuestra confusión y para el conflicto en que vivimos. Pero hay una revolución que es por completo diferente y tiene que ocurrir si hemos de emerger de la inacabable serie de ansiedades, conflictos y frustraciones en que estamos atrapados. Esta revolución tiene que comenzar no con teorías e ideaciones que, a la larga, demuestran ser inútiles, sino con una transformación radical en la mente misma. Una transformación semejante sólo puede tener lugar mediante una educación correcta y el total desarrollo del ser humano. Es una revolución que ha de ocurrir en la totalidad de la mente, y no sólo en el pensamiento. El pensamiento, después de todo, es sólo un resultado y no la fuente, el origen. Tiene que haber una transformación radical en el origen mismo y no una mera modificación del resultado. Al presente, nos entretenemos con los resultados, con los síntomas. No producimos un cambio vital desarraigando los viejos métodos de pensamiento, liberando a la mente de las tradiciones y los hábitos. Es en este cambio vital en el que estamos interesados, el cual sólo puede originarse en una correcta educación. Jiddu Krishnamurti
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