Para ti caminante.

Conocer el camino no nos hace más sabios, andarlo con virtud, nos transforma en maestros.

Instagram: el.camino.infinito

viernes, 1 de agosto de 2014

LA CEGUERA OCULTA 1. La ceguera constituye el preludio de la iniciación en cualquier grado que sea. Durante la última y más elevada iniciación llega a su fin la “tendencia a la ceguera”. La ceguera es natural, innata, inevitable e impenetrable, en las primeras etapas de la evolución. Durante edades el hombre camina en la oscuridad. Luego llega la etapa donde la ceguera normal constituye una protección, pero también entra en una fase donde puede vencerla. La ceguera a que me he referido, técnicamente hablando, es algo diferente. En cuanto el ser humano obtiene la primera tenue vislumbre de ese “otro algo”, y se ve a sí mismo como yuxtapuesto a esa realidad distante e imperceptiblemente sentida, la ceguera mencionada es algo impuesto por el alma al apresurado aspirante, a fin de que las lecciones de la experiencia consciente, del discipulado y posteriormente de la iniciación, puedan asimilarse y expresarse correc¬tamente; por su intermedio se protege el apresurado buscador contra un rápido y superficial progreso. Lo que espera descubrir el Instructor interno, y posteriormente el Maestro, es hondura y un profundo “enraizamiento” (si puedo emplear tal palabra), y la “ceguera oculta”, su necesidad, su inteligente manejo y su ultérrima eliminación, forman parte del programa impuesto al aspirante... La ceguera es por lo tanto, esotéricamente hablando, el lugar del apren¬dizaje y está relacionada con la doctrina del ojo, de la garganta y del corazón. No lo está con la tenue visión, la percepción de verdades a medias y los balbuceos del aspirante cuando está aprendiendo a conocerse a sí mismo o cuando visualiza la meta y trata de recorrer el sendero, condición muy familiar a la cual están sujetos todos los principiantes sin poder evitarla, pues es inherente a sus naturalezas. La ceguera oculta es inducida espiritualmente y oscurece la gloria y la prometida realización y recompensa. El discípulo debe depender de sí mismo. Sólo puede ver su problema, su pequeño campo de experiencia y su - para él - débil y limitado equipo. Cuando el profeta Elías habla de dar al aspirante “los tesoros de la oscuridad” se refiere a esa etapa. La belleza de lo inmediato, la gloria de la oportunidad presente y la necesidad de abocarse a la tarea y al servicio, constituyen la recompensa para seguir adelante en la aparentemente impenetrable oscuridad. Para el iniciado, la ceguera es más esotérica; para él no existe en absoluto la luz - ninguna luz terrenal ni tampoco en los tres mundos. Sólo existe oscuridad. El místico lo denomina “la oscura noche del alma”. (18-169/70) 2. Los velos cumplen su cometido; la ceguera nutre y protege, siempre que sea innata y natural, impuesta por el alma o espiritualmente engendrada. Si ha sido ansiosamente autoinducida, si constituye una excusa por el conoci¬miento adquirido, si es asumida a fin de evitar responsabilidad, entonces penetra el pecado y surgen las dificultades, y todos ustedes deben protegerse de esto. DK


martes, 8 de julio de 2014

SIRVIENDO A LA HUMANIDAD 1. Los que tratan de servir a la humanidad y unirse al esfuerzo jerárquico para curar a un mundo dolorido, deben aprender a penetrar detrás de las apariencias, de los métodos y esquemas, de los resultados y efectos, en el plano físico, y tratar de establecer contacto con las fuerzas de Shamballa o de la Jerarquía, y con la necesidad humana que ha producido estas expresiones, y considerarlas por lo que son - no como sistemas caducos y esfuerzos infantiles para mejorar, sino planes embrionarios por los cuales, oportunamente, podrá llegar la liberación, la cultura y la civilización de la nueva era. Si tratan de llevar la iluminación a los lugares oscuros de la Tierra (es decir, a las mentes de los hombres), entonces deberán ver con claridad y relacionar lo abstracto y lo concreto, de manera que pueda verse en sus propias vidas un idealismo actuante; sólo así podrá verse también un idealismo activo de carácter nacional, racial y humano. Debe emplearse tanto la cabeza como el corazón, y esto muchas personas vehementes tienden a olvidarlo. La mejor manera de servir, de parte de los pensadores del mundo y el nuevo grupo de servidores del mundo, es reconociendo lo que le sucede al género humano como un todo 24 y lo que ocurre detrás de la escena; lo de mayor importancia es el desarrollo de la conciencia humana, en respuesta a las condiciones presentes en cualquier país o países; recién ahora el “estado mental humano” está comenzando a centrarse en las cosas importantes y a expresarse en forma viviente. Los pensadores y servidores deben aprender a concentrarse en la conciencia que empieza a despertar, y no en los movimientos superficiales. Este despertar avanza satisfactoriamente y a grandes pasos hermanos míos. La forma o formas podrán sufrir, pero la percepción intrínseca del hombre está llegando a ser en este siglo expresivamente divina. (13-66/7) 2. Si es tan difícil despertar a los aspirantes como ustedes, a la urgencia del servicio y al pleno sentido de responsabilidad, y si los hombres y mujeres con toda la información que ustedes poseen, no pueden ser despertados para realizar un esfuerzo sacrificado, tendrán con esto una idea de la magnitud de la tarea que la Jerarquía enfrenta en la actualidad. Quizás puedan comprender el sentimiento de frustración que me embargaría (si estuviera limitado por el concepto tiempo) cuando, por ejemplo, aquellos de quienes espero colaboración están preocupados con sus propios asuntos, no tienen ningún sentido de urgencia y prefieren concentrarse sobre su propio desarrollo, sus propias familias, sus propios problemas, antes de alcanzar la amplia visión mundial que los llevará a una plena colaboración. La meta de nuestro esfuerzo consiste en evitar la ruina del mundo, y para esta meta he pedido vuestra ayuda. (Enero 1939), (13-71) 3. Gran confusión emana del idealismo básico, subyacente en las actividades de muchas personas, en numerosos países. Tal es la importancia del nuevo ideal, respecto al bien del estado como un todo, en contraposición al bien del individuo y de la humanidad. El estado se convierte casi en una entidad divina en la conciencia del idealista. Esto es necesariamente parte del plan evolutivo, pero hasta donde constituye un problema, es demasiado grande para ser resuelto por el individuo, solo y sin ayuda. Sin embargo, puedo asegurarles una verdad fundamental. Cuando los hombres de todas partes - dentro de las fronteras de su estado particular y mientras defienden su autoridad y civilización - comiencen a pensar en términos del género humano, la opinión pública será tan poderosa y tan justa en su inclusividad, que la política del estado deberá inevitablemente adaptarse al principal ideal y ya no será posible que un determinado estado sacrifique al individuo y a gran parte de la humanidad. Se concederá a la parte su debida relación con el todo mayor. El despertar de la opinión pública a los derechos del mundo, a los intereses humanos incluyentes y a la colaboración internacional, es la verdadera meta del actual esfuerzo espiritual.


viernes, 6 de junio de 2014

El Contacto con el Ángel Solar El Ángel Solar canaliza la vida de la Mónada hacia el yo inferior, en respuesta a las necesidades kármicas y orquestando una secuencia de encarnaciones a través de las cuales el individuo puede adquirir experiencia evolutiva. El punto de adhesión del Ángel Solar a la persona humana es el cuerpo causal. Vincula el átomo mental permanente en el primer subplano con la unidad mental en el cuarto. Entre estos subplanos se encuentra el gran abismo que nos ha dividido, desde nuestros inicios como seres humanos, y sobre el que, con el tiempo, buscamos tender un puente mediante la construcción del antakarana. El cuerpo causal es una envoltura que contiene los átomos permanentes astral y físico y la unidad mental. Es el vehículo más inferior que sobrevive de una encarnación a la siguiente, y a través de los tres átomos permanentes (por conveniencia tratamos la unidad mental como tal) sirve para preservar la esencia de las experiencias de las encarnaciones sucesivas. Antes del nacimiento físico, la vida fluye desde el cuerpo causal a los planos mental inferior, astral y físico, activando los átomos permanentes e impulsando los devas de esos planos a la acción para construir la nueva forma a encarnar. 29 Al final de esa encarnación, la vida es retirada de los vehículos inferiores y los átomos permanentes se enriquecen con lo que se ha aprendido. Durante millones de años, el yo inferior no es consciente de la existencia del Ángel Solar. Por su parte, el Ángel baja su mirada hacia el ser que está a su cargo, como una gallina que cuida su huevo, esperando el primer movimiento de conciencia que pueda convertirse en un contacto más definido. En palabras del Tibetano, el Ángel Solar "está en profunda meditación durante la mayor parte del ciclo de vida de un individuo, y es sólo cuando una medida razonable de integración de la personalidad se establece que la atención del alma se aleja de sus propias consideraciones interiores y asuntos del ego a los de su sombra" 30. Las técnicas para desarrollar el contacto con el Ángel Solar se pueden encontrar en muchos sistemas esotéricos, incluso aunque el concepto del Ángel Solar no se entienda correctamente. Por ejemplo, el popular libro de Ron Scolastico “ El Portal hacia el Alma” proporciona una interesante secuencia de meditaciones que podrían ser utilizadas incluso por personas con un mínimo entrenamiento esotérico. 31 A medida que el individuo invoca su Ángel Solar, el Ángel responde, en un primer momento de forma esporádica y luego más continuamente. El iniciado de la Golden Dawn, Israel Regardie, ofrece una elocuente descripción del proceso: La morada eterna del Ser Superior es el Paraíso del Edén, el santuario celestial que está siempre protegido del caos por la espada flamígera de los Querubines... Desde ese distante bastión espiritual mira hacia abajo a su vehículo, al hombre inferior, desarrollado con el fin de dotarlo de la experiencia, sin participar en sus luchas o tribulaciones; sin embargo, desde otro punto de vista, sufriendo profundamente debido a eso... Raras veces el Genio abandona su palacio de las estrellas, excepto cuando, voluntariamente, el yo inferior se abre a lo superior por un acto de sincera aspiración o abnegación, lo único que hace posible el descenso de la Luz dentro de nuestros corazones y mentes. 32 El Tibetano hace una observación similar y pasa a enfatizar la necesidad de una respuesta recíproca en la construcción del antakarana. Él nos dice que, "como vive su propia vida en su propio nivel de percepción", el Ángel Solar "no siempre es consciente de su sombra, la personalidad, en los tres mundos. Cuando el antakarana está en construcción, la percepción debe acompañar a la intención de la personalidad". 33 Algunos tipos de servicio sólo pueden llevarse a cabo con la participación del Ángel Solar. Por ejemplo, el Tibetano explica que en la práctica de la magia blanca se requieren los recursos del Ángel: Sólo el Ángel solar puede realizar el trabajo del mago blanco y lo efectúa controlando los ángeles lunares y subyugándolos completamente. Están alineados en contra de él, hasta que por medio de la meditación, la aspiración y el control, los someten a su voluntad y los convierte en sus servidores... El trabajador en magia blanca utiliza siempre la energía del Ángel Solar para realizar sus fines. El hermano de la oscuridad trabaja por medio de la fuerza innata de los Señores lunares, que poseen una naturaleza afín con todo lo que es objetivo. 34 Igual ocurre con esa importante aplicación de la magia, la curación: El curador que trabaja en un nivel superior, y por lo tanto necesariamente con un tipo superior de paciente, emplea la energía de su propia alma influyente en conjunción con la energía de su alma individualizada, irradiándola en el alma del paciente por intermedio de ambas auras. 35 Si la magia blanca requiere de la ayuda del Ángel Solar, el ritual mágico también se ha explorado como una forma de invocar al Ángel. El ritual más famoso realizado con ese propósito fue registrado por el cabalista medieval Abraham el Judío (1362-1460), pero lo atribuyó a un sabio, Abra-Melin, a quien dijo haber conocido en Egipto. 36 Lo particularmente significativo sobre el trabajo de Abraham es que, en el preámbulo del ritual, descartó la utilización de la elaborada parafernalia mágica común en esa época, enfatizando una vida de oración y concentración, similar a las prácticas espirituales de los místicos —o incluso a nuestras propias disciplinas esotéricas. El ocultista Aleister Crowley de los comienzos del siglo 20, adaptó el ritual de Abra-Melin para invocar lo que él llamó "el conocimiento y la conversación del Ángel". No está claro si Crowley tuvo éxito, pero afirmó que el papel central del ritual es "la invocación del Santo Ángel de la Guarda; o, en el lenguaje místico, la Unión con Dios" 37. Otro ritual para invocar al Ángel Solar, utilizado por los miembros de la Golden Dawn, se centra en la transformación personal de los participantes. Curiosamente, se refiere al "verdadero Yo", una frase usada a menudo por el Tibetano: Acércate a mí, Tú que eres mi verdadero Yo: mi Luz, mi Alma... Tú que estás coronado de Gloria... A Ti te invoco. Acércate a mí, mi Señor, a mí, que soy Tu vano reflejo en el inmenso mar de la Materia... Sin Ti no soy nada, en Ti soy el Omni-Yo existiendo en Tu Individualidad hasta la eternidad. 38 Sin embargo, otro ritual incluye esta afirmación de sacrificio personal y de sacrificio y coraje: Que la influencia de tus seres divinos descienda sobre mi cabeza y me enseñe el valor del auto-sacrificio para que no me acobarde en la hora de la prueba, sino que así mi nombre sea escrito en lo alto y mi espíritu permanezca en la presencia del Santo. En esa hora en que el Hijo del Hombre ha de invocarse ante el Señor de los Espíritus y su Nombre ante el Anciano de los Días .


jueves, 15 de mayo de 2014

LA FUNDACION DE LA JERARQUIA Las diversas energías que actúan sobre el ser humano y producen su desenvolvimiento, constituyen su campo de experiencia. Estas dos palabras - desenvolvimiento y experiencia - debieran estar siempre vinculadas, porque de una deriva la otra. Mientras persiste el sometimiento a la experiencia en el mundo de la forma, tiene lugar un desenvolvimiento paralelo de la conciencia. Debido a que dicho desenvolvimiento origina constantes cambios de comprensión y la consiguiente y constante reorientación hacia un nuevo estado de conciencia, conduce necesariamente a nuevas experiencias - experiencias de nuevos fenómenos, nuevos estados del ser y condiciones dimensionales hasta ahora desconocidas. De allí la frecuente reacción del discípulo al hecho de que no hay aún para él un lugar de paz. La paz fue el objetivo del aspirante atlante. La realización es el objetivo del discípulo ario, el cual nunca puede permanecer estático ni descansar; constantemente se ajusta a nuevas condiciones; continuamente aprende a actuar en ellas, y luego encuentra que desaparecen para dar lugar a nuevas. Esto continúa hasta establecer la conciencia en el Yo, en el Uno. Entonces el iniciado se conoce a sí mismo como la Unidad observadora, y vigila el fenómeno fantasmagórico de la Vida en la forma. Pasa de una sensación de unidad a una de dualidad, y de ahí nuevamente a una unidad más elevada. Primeramente, el Yo se identifica con el aspecto forma, a tal punto que desaparece toda dualidad en la ilusión de que el yo es la forma. Tenemos entonces la forma, constituyendo aparentemente todo lo que existe. A esto le sigue la etapa en que el yo, que internamente mora, empieza a ser consciente de sí mismo como también de la forma; entonces hablamos en términos del yo superior y el yo inferior, del yo y sus envolturas, del yo y el no-yo. Esta es la etapa dual del aspirante y del discípulo, hasta el momento de entrenarse para la tercera iniciación. Comienza con el conocimiento de que es una entidad espiritual confinada en una forma. Su conciencia, durante un largo período de tiempo, es predominantemente la de la forma. Gradualmente va cambiando - tan paulatinamente que el aspirante aprende la lección de resistencia (hasta el punto de soportar el no-yo), y llega una vida equilibrada en que ninguno de los dos predomina. Esto produce en el hombre un estado de aparente negatividad e inercia, que puede perdurar durante una vida o dos, donde parece que poco realiza en un sentido u otro, pero para el trabajador es una indicación valiosa en su trato con las personas. Luego cambia el punto de equilibrio y desde el ángulo de su influencia, el alma parece dominar, y todo el aspecto de la conciencia comienza a trasladarse al más elevado de los dos aspectos. Sin embargo, persiste aún la dualidad, porque el hombre se identifica unas veces con el alma y otras con su naturaleza forma; en esta etapa se encuentra ahora la mayoría de los discípulos más sinceros. No obstante es "absorbido" poco a poco en el alma, y entra así en relación con todos los aspectos del alma en todas las formas, hasta que un día se da cuenta que sólo existe el alma, entonces sobreviene el estado superior de unidad. R10 DK


miércoles, 2 de abril de 2014

Todo en la Naturaleza sigue un ritmo regular y cíclico, todo se realiza sin esfuerzo y sin estridencias. El único eslabón de la gran cadena que falla es siempre el correspondiente a la Humanidad, el Cuarto Reino de la Naturaleza. La conquista de la autoconciencia ha exigido de los hombres un tremendo y prolongado esfuerzo, y la sensación de este esfuerzo y su prolongación en el tiempo son una de las causas principales por las cuales los Ángeles no han logrado introducirse todavía en los ambientes sociales de la humanidad. De ahí que unas de las principales cualidades argüidas por el Maestro como propiciadoras del contacto dévico fueron siempre la de la sencillez de mente, pureza de corazón y parquedad de palabras. En estas tres sencillas reglas circunscribió siempre el Maestro el proceso del reconocimiento dévico, el contacto consciente con su maravilloso mundo y la ulterior fusión de auras, angélica y humana. Sintetizaba las tres reglas en una clara e inspiradora frase, SERENA EXPECTACIÓN. La serena expectación ha sido desde el momento en que fui admitido en el Ashrama del Maestro, la nota clave de mi vida, pues no hay sentencia que mejor refleje el propósito de un discípulo, henchido de nobles aspiraciones espirituales. "Tanto para el contacto dévico como para el entrenamiento iniciático, la serena expectación constituye el verdadero Sendero interno –nos decía el Maestro. Incluso para comprender el significado de mis palabras o el ritmo del entrenamiento, precisaréis siempre el estado psicológico de serena expectación. Los Ángeles son unas vidas muy distintas a las de los hombres en ciertos aspectos, aunque todas las corrientes de vida dimanen del Corazón silente de la Divinidad. No podéis acercaros a ellos según vuestros métodos de juicio analítico utilizados en vuestros ambientes sociales, los cuales son a veces muy complicados, sino acogiéndoos a la Ley que rige su mundo, que es de paz pero también de un increíble dinamismo. Son las fuerzas de la Creación, son la electricidad, el fuego vital que mora en el espacio y el extraordinario dinamismo que rige la vida sustancial de todos los seres y todas las cosas dentro del "círculo -no-se-pasa" solar. Existen en todos los Planos y en todos los niveles. De ahí el gran enunciado esotérico "hay un Deva para cada hombre y un hombre para cada Deva", que parece sellar ese pacto de amistad suprema que en etapas ulteriores unificará en un solo Reino a los Ángeles y los hombres." Esta multiplicidad infinita de Entidades dévicas, que se extienden desde los grandes y exaltados Mahadevas del Sistema hasta los humildes elementales constructores de la Naturaleza que construyen los agregados más densos de la materia, constituyen un necesario y maravilloso campo de observación para los discípulos espirituales. En la actualidad -y les hablo desde un ángulo muy concreto y positivo de experiencia ashrámica- grandes contingentes de Ángeles lograron introducirse en ciertos niveles del Aura planetaria, y desde allí están trabajando para el proceso de unificación, introduciendo en las mentes y corazones de los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo los gérmenes de la paz y del equilibrio social. Los planes ordenados por el Señor del Mundo se van cumpliendo así lenta pero incesantemente en los ambientes sociales de la humanidad, encendiendo dentro de los seres humanos aquella llama perenne de afecto y comprensión de la que tanto se halla necesitada la humanidad de nuestros días. Al preguntarle un día al Maestro por el significado íntimo de la serena expectación nos contestó que... "La serena expectación surge de la intención espiritual o propósito monádico, pero para que esta intención pueda introducirse en el alma, precisa de las dotes de atención natural previamente desarrolladas –al menos hasta cierto grado– por los discípulos espirituales del mundo. La línea de comunicación entre la intención espiritual y la atención mental se halla en el centro Ajna, teniendo este centro su doble vertiente: una de carácter superior que asciende hacia el centro coronario y otra inferior que desciende hacia el centro cardíaco, la sede principal del trabajo del discípulo. La atención mental ha de regir los nobles impulsos del discípulo, el cual debe estar tan atento a todo cuanto sucede dentro y fuera de sí mismo, que nada pase desapercibido a su observación consciente. Se trata como veréis -continuó el Maestro- de una regla psicológica que puede ser aplicada por cualquier ser humano a la extensa red de problemas y dificultades que rigen su existencia kármica. Pero advertid que esta regla de atención no ha de ser confundida con una mera disciplina meditativa o con un simple ejercicio de yoga, a que tan aficionados están actualmente un gran número de seres humanos, sino que es una regla social de convivencia. Estar atentos es un deber humano, no una mera disciplina visualizando alguna meta de desarrollo psíquico. Estableced claramente esta diferencia y aprovechad su comprensión. En la medida que vuestra atención se vaya extendiendo a todas las áreas del ser, en la medida que la intención monádica pueda ser consciente de los tres mundos del esfuerzo humano a través de la profundidad de vuestra atención, iréis siendo advertidos de cosas, de reinos y de mundos que todavía constituyen misteriosas incógnitas o lugares sagrados, velados todavía a vuestra investigación espiritual. Pero en la asiduidad y profundidad de vuestra atención iréis resolviendo con éxito vuestro intento como discípulos. Resumiendo… –dijo el Maestro finalizando Su respuesta a la cuestión formulada–, la serena expectación es la intención de Dios expresando a través de la atención del hombre Su sagrado intento de ser consciente de la vida de la humanidad, para liberarla de los acontecimientos kármicos y elevarla luego a su más glorioso y elevado destino". VBA


domingo, 2 de marzo de 2014

Debemos recordar siempre que el interés investigador y una amplia captación del plan del Logos no tienen importancia para el hombre, si éste no correlaciona el presente con lo que cree que encierra el futuro, a no ser que esté seguro del desarrollo alcanzado, y que comprenda en qué consiste el trabajo inmediato a realizar durante el proceso gradual de obtener plena conciencia. ¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE EL HIJO Y EL SOL? Esta pregunta nos lleva primeramente a considerar Quién es el Hijo y cuál es Su función. Todo sistema que merece el nombre de filosófico reconoce universalmente dos factores, espíritu y materia, purusha y prakriti. A veces se tiende a confundir los términos "vida y forma", "conciencia y vehículo de la conciencia", con los términos "Espíritu y materia". Dichos términos se relacionan, pero el punto de vista se aclararía si comprendiéramos que antes de la manifestación o del nacimiento de un sistema solar es más correcto emplear las palabras Espíritu y materia. Cuando ambas se interrelacionan durante la manifestación, después que ha cesado el intervalo praláyico entre los dos sistemas, entonces la vida y la forma, la conciencia y sus vehículos, son términos correctos, porque durante el período de abstracción no existe la conciencia ni la forma, y la vida, manifestándose como principio, tampoco existe. Sólo existe Espíritu-sustancia pero en estado de positividad, de total neutralidad, de negatividad y de pasividad. En la manifestación ambos se aproximan; actúan entre sí; la actividad reemplaza a la pasividad, la positividad a la negatividad; hay movimiento en vez de pasividad y ambos factores primordiales ya no son neutros, sino que se atraen y rechazan, se interactúan y se utilizan. Sólo entonces podemos tener la forma animada por la vida y la conciencia manifestada a través de vehículos adecuados. ¿Cómo se puede manifestar esto? En términos de fuego, cuando los dos polos eléctricos se unen definitivamente, se observa calor y luz por medio de la vista y la sensibilidad esotéricas. Esta relación se establece y perfecciona durante el proceso evolutivo. El calor y la luz se producen por la unión de los dos polos, o por el matrimonio esotérico de lo masculino y lo femenino, Espíritu (padre) y materia (madre). Físicamente dicha unión produce el sistema solar objetivo, el Hijo del Padre y de la Madre. Subjetivamente produce al Sol, suma total de las cualidades de luz y calor. En términos de Fuego, mediante la unión o unificación del fuego eléctrico (Espíritu) con el fuego por fricción (materia energetizada) se produce el fuego solar. Este fuego solar se distinguirá de todo lo demás por su desenvolvimiento evolutivo y por la intensificación gradual del calor que se ha de sentir y la luz que se ha de ver. Para poder llegar a una comprensión más clara de este tema tan abstracto, podemos considerar que el microcosmos, el hombre, evoluciona en los tres mundos. El hombre es el producto de la aproximación (imperfecta hoy) de los dos polos: Espíritu (el Padre en el cielo) y materia (la Madre). Esta unión da por resultado un Hijo de Dios individualizado, la unidad del Yo divino, y su reproducción exacta, en miniatura, en el plano más inferior del gran Hijo de Dios u Omni-Yo, quien constituye en Sí mismo la totalidad de todos los hijos, en miniatura, de todos los yoes individualizados y de todos y cada uno de los entes. Expresado en otros términos, el microcosmos, desde el punto de vista subjetivo, es un sol en miniatura que se distingue por las cualidades de luz y calor. En la actualidad esa luz se halla como "debajo de un cesto", o profundamente oculta por un velo de materia; pero en el proceso evolutivo brillará en tal forma, que los velos se desvanecerán ante el resplandor de la excelsa gloria. Actualmente el calor microcósmico es mínimo, es decir, la radiación magnética entre los entes microcósmicos se siente poco (según el significado oculto del término), pero con el tiempo las emanaciones de calor -debido a la intensificación de la llama interna, unida a la radiación asimilada por otros entes- aumentarán y alcanzarán tales proporciones, que la interacción entre los Yoes individualizados traerá como resultado, en cada uno, la perfecta fusión de la llama y del calor; esto continuará hasta que exista "una sola llama con incontables chispas", y el calor sea general y equilibrado. Cuando ello ocurra y cada Hijo de Dios llegue a ser un Sol perfecto, caracterizado por la luz y el calor perfectamente expresados, todo el sistema solar, el Hijo mayor de Dios, será un Sol perfecto. DK


domingo, 5 de enero de 2014

El Alma y el Ángel Solar El "Alma" o "yo superior" significa cosas diferentes para personas diferentes —o al menos para diferentes filósofos. Desde una perspectiva habitualmente asociada con Platón, el alma es el eterno "yo real", el arquetipo perfecto, del cual la vida física o de la personalidad no es más que una sombra imperfecta. Desde otra perspectiva, a menudo asignada a Aristóteles, el alma surge de la vida física; el alma es el aspecto efímero de un ser humano o de otro organismo vivo, pero está firmemente arraigada en la existencia física. El modelo aristotélico influyó fuertemente en la teología cristiana tradicional, e incluso con más fuerza en el comentario religioso materialista moderno del alma. 11 Los dos puntos de vista, a primera vista conflictivos, resultan complementarios, y de su síntesis podemos obtener una mayor comprensión de lo que vagamente llamamos "el alma". El Tibetano distingue el "alma humana" del Ángel Solar. La primera, a la que el modelo aristotélico se aproximó, refleja la sabiduría acumulada de muchas vidas y, sobre todo, la conciencia creciente de una realidad superior. A partir de unos comienzos casi imperceptibles en el hombre primitivo, el alma humana surge de la vida de los vehículos inferiores. A medida que la conciencia se expande, el alma comienza a formarse alrededor de la unidad mental que se encuentra en el cuarto subplano mental. Cuando los tres vehículos inferiores se integran en una personalidad funcionante, bajo el control mental, el alma humana adquiere coherencia y permanencia definitiva. En algún momento, como indica la cita inicial, el alma humana empieza a reconocer la existencia del Ángel Solar que vela por ella. En contraste con el alma humana emergente, el Ángel Solar ya tiene la permanencia y la estabilidad del arquetipo platónico. Durante millones de años ha influenciado nuestra naturaleza inferior: El gran Ángel solar, que encarna el verdadero hombre y su expresión en el plano de la mente superior, es, literalmente, su divino antecesor, el "Observador" que durante largos ciclos de encarnación, se ha sacrificado para que el hombre pueda SER. (Énfasis en el original) 12 Durante innumerables encarnaciones, el Ángel Solar ha servido como "el medio de expresión de la mónada o espíritu puro, como la personalidad lo es del Ego en el nivel inferior". Sin embargo, su relación con el hombre tuvo un principio y tendrá un fin: Desde el punto de vista del hombre en los tres mundos, este Ego o Señor Solar es eterno, porque subsiste durante todo el ciclo de encarnaciones, del mismo modo que la personalidad subsiste durante el pequeño ciclo de vida física. Sin embargo, su período de existencia sólo es relativamente permanente, y llega el día en que la vida manifestada por medio del Ego, el Pensador, Ángel Solar o Manasadeva, trata de liberarse incluso de esta limitación, y volver a la fuente de donde emanó originalmente. Revista The Beacon.