Para ti caminante.

Conocer el camino no nos hace más sabios, andarlo con virtud, nos transforma en maestros.

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sábado, 28 de mayo de 2022


 La Hermandad del Hombre. Mucho se ha escrito y dicho, predicado y hablado, sobre la hermandad. Tanto se ha dicho sobre ella y tan poco se ha practicado que este término está algo desacreditado y, sin embargo, es la afirmación del origen subyacente y la meta de la humanidad y también el principio fundamental del cuarto reino de la naturaleza, el humano. La hermandad es una gran realidad natural; todos los hombres son hermanos; bajo la diversidad de color, credo, cultura y civilización; existe sólo una humanidad, sin distinciones ni diferencias en su naturaleza esencial, en su origen, objetivos mentales y espirituales, capacidades, cualidades, proceso de desenvolvimiento y desarrollo evolutivo. En estos atributos divinos (pues eso son) todos los hombres son iguales; sólo en relación con el tiempo y en la medida en que se ha progresado para revelar la divinidad innata en toda su plenitud, se han hecho evidentes las diferencias. Las diferencias temporarias y los pecados que la ignorancia y la inexperiencia manifiestan, han llamado la atención de las iglesias, excluyendo con ello la penetrante y aguda visión de lo divino que existe en cada hombre. Las iglesias deben empezar a enseñar la hermandad, no desde el punto de vista de un Dios trascendente y de un Padre externo incognoscible, sino desde el ángulo de la vida divina, eternamente presente en todo corazón humano, esforzándose siempre por expresarse a través de los individuos, las naciones y las razas. La verdadera expresión de esta hermandad debe venir, inevitablemente, por el establecimiento de las correctas relaciones humanas y la práctica de la buena voluntad.

Los problemas de la Humanidad. DK