En último análisis, vencer parcialmente el
espejismo y evadir la total esclavitud, impuesta por la ilusión, indican a la
atenta Jerarquía que un hombre está preparado para los procesos de la
iniciación. Mientras no se deje engañar totalmente y hasta tanto logre pensar casi
libremente, no podrá enfrentar al Ángel que aguarda, y atravesar el portal.
Daré aquí una indicación: después de atravesar el portal de la iniciación el
discípulo retomará nuevamente sus tareas en los tres mundos de actividad; allí
repite los procesos anteriores ‑brevemente y con comprensión‑ después de lo
cual comienza a dominar lo esencial de la siguiente lección iniciática. Estoy
dando aquí una copiosa información en forma concisa, pues esto es todo lo que
puede hacerse en esta época.
Para ti caminante.
Conocer el camino no nos hace más sabios, andarlo con virtud, nos transforma en maestros.
Instagram: el.camino.infinito
jueves, 2 de noviembre de 2017
Espejismo
domingo, 8 de octubre de 2017
AGNI YOGA
Cuando se trata de hablar de Dios y de las íntimas motivaciones espirituales del ser humano, hay que recurrir siempre a los símbolos y a las alegorías a fin de que las ideas del macrocosmos y del microcosmos aparezcan lo más claramente posible a la mente del observador. Aún cuando son muchos los tratados místicos, bíblicos y esotéricos que aseguran que "el hombre es hecho a imagen del Creador", la observación de las actividades humanas a través de la historia parece desdecir por completo aquella afirmación y son negadas casi radicalmente por los seres humanos corrientes las íntimas vinculaciones de la criatura humana con el divino Ser, Creador del Universo. Las razones son evidentemente lógicas y no existe ser humano en el mundo, a menos que haya alcanzado una evolución espiritual lo suficientemente elevada, que no se sienta desdichadamente solitario, pese a vivir en el seno de una gran comunidad social llena de estímulos variados y de motivaciones psicológicas. El problema del ser humano podría ser descrito con una sola palabra: "Soledad", una soledad o un sentido de aislamiento tanto más pronunciado cuanto más trepidante sea el dinamismo impuesto a la sociedad humana por efecto de los grandes avances técnicos y de los magníficos descubrimientos científicos.
Como es evidente para el ser humano de cierto grado de evolución espiritual, en el ambiente social del mundo existe un gran sentimiento de frustración, de desilusión y de profundo desencanto. Las Iglesias del mundo, sea cual sea particular y típica presentación de la Verdad divina y por elevados y trascendentes que hayan sido los Guías espirituales que las inspiraron en el pasado, han fracasado totalmente en su intento de evocar AMOR de los corazones de sus fieles y creyentes. Fracasaron también los sistemas políticos, económicos y sociológicos en su intento de crear óptimas situaciones sociales. La verdad de estos razonamientos está libre de comentarios contraproducentes. Hoy día, rebasado el ultimó cuarto de siglo XX, el mundo se debate en idénticos problemas, crisis, tensiones y antagonismos que imperaron en el devenir de las razas precedentes o en otras épocas de la historia planetaria. Hay todavía, como entonces, guerras, enfermedades, hambre y calamidades por doquier. Los descubrimientos científicos y el desproporcionado avance de la técnica no han evocado un eco similar dentro de los corazones humanos. Existe un desequilibrio general y todavía el odio, la crueldad y el íntimo sentimiento separativo corroe las entrañas de la Raza. Así, en tales condiciones, puede aparecer como un contrasentido el tratar de confeccionar un código de valores humanos basados en la fraternidad, el orden y la justicia. Sin embargo, tal es la tarea eterna que ha de emprender el ser humano que ha logrado contactar ciertas áreas de poder espiritual y darse cuenta de que todos los demás seres humanos están debidamente impuestos de idénticos valores y principios y que, por tanto, también pueden y deben esforzarse por establecer contacto con aquel centro de paz inalterable, dentro del corazón, en donde no existen tensiones, conflictos ni miedo...
Vicente Beltran Anglada
Como es evidente para el ser humano de cierto grado de evolución espiritual, en el ambiente social del mundo existe un gran sentimiento de frustración, de desilusión y de profundo desencanto. Las Iglesias del mundo, sea cual sea particular y típica presentación de la Verdad divina y por elevados y trascendentes que hayan sido los Guías espirituales que las inspiraron en el pasado, han fracasado totalmente en su intento de evocar AMOR de los corazones de sus fieles y creyentes. Fracasaron también los sistemas políticos, económicos y sociológicos en su intento de crear óptimas situaciones sociales. La verdad de estos razonamientos está libre de comentarios contraproducentes. Hoy día, rebasado el ultimó cuarto de siglo XX, el mundo se debate en idénticos problemas, crisis, tensiones y antagonismos que imperaron en el devenir de las razas precedentes o en otras épocas de la historia planetaria. Hay todavía, como entonces, guerras, enfermedades, hambre y calamidades por doquier. Los descubrimientos científicos y el desproporcionado avance de la técnica no han evocado un eco similar dentro de los corazones humanos. Existe un desequilibrio general y todavía el odio, la crueldad y el íntimo sentimiento separativo corroe las entrañas de la Raza. Así, en tales condiciones, puede aparecer como un contrasentido el tratar de confeccionar un código de valores humanos basados en la fraternidad, el orden y la justicia. Sin embargo, tal es la tarea eterna que ha de emprender el ser humano que ha logrado contactar ciertas áreas de poder espiritual y darse cuenta de que todos los demás seres humanos están debidamente impuestos de idénticos valores y principios y que, por tanto, también pueden y deben esforzarse por establecer contacto con aquel centro de paz inalterable, dentro del corazón, en donde no existen tensiones, conflictos ni miedo...
Vicente Beltran Anglada
viernes, 1 de septiembre de 2017
En el cuerpo causal o egoico.
Primero, el
estudiante debe tener en cuenta la interesante significación del hecho de que
él, en el plano físico, es una personalidad activa, con características
conocidas y reconocidas, y a pesar de todo es una vida subjetiva que utiliza
esa personalidad como medio de expresión y que ‑mediante los cuerpos físico,
emocional y mental, que constituyen el triple hombre inferior‑ hace sus
contactos en el plano físico y así evoluciona. La misma idea general de desarrollo
se aplica al yo superior o ego, en su propio plano. Este ego es el gran ángel
solar, medio de expresión de la mónada o espíritu puro, como la personalidad lo
es del ego en el nivel inferior. Desde el punto de vista del hombre en los tres
mundos, este ego o Señor solar es eterno, porque subsiste durante todo el ciclo
de encarnaciones; del mismo modo la personalidad subsiste durante el pequeño
cielo de vida física. Sin embargo, su período de existencia sólo es
relativamente permanente, y llega el día en que la vida manifestada por medio
del ego, el pensador, ángel solar o manasadeva, trata de liberarse, incluso de
esta limitación, y volver a la fuente de donde emanó originalmente.
Entonces la vida que
se manifestó como ángel solar, y que por medio de la energía inherente, mantuvo
coherente por largas épocas la forma egoica, se retrae gradualmente, y la forma
se disipa lentamente; las vidas menores que la constituían vuelven a la fuente
general de sustancia dévica, a pesar de la acrecentada conciencia y actividad,
adquirida por la experiencia de haber sido parte de una forma, y utilizada por
un aspecto más elevado de la existencia. Igualmente en el caso de la
personalidad, cuando se abstrae la vida egoica, el triple yo inferior se
desintegra, y las vidas menores que forman el cuerpo llamado yo lunar
(distinto del yo solar, del que sólo es su reflejo) son absorbidas por la
reserva general de sustancia dévica, de vibración inferior a la que compone el
cuerpo egoico. Análogamente, se ha desarrollado su evolución porque ha sido
parte de una forma para empleo del yo superior.
Iniciación Humana y solar . DK
lunes, 7 de agosto de 2017
LA TÉCNICA DE LA PRESENCIA
Al entrar a considerar este tema, el estudiante
debe tener en cuenta tres cosas: la existencia de la Intuición, la realidad de
la Ilusión y la influyente Presencia. La intuición revela esta Presencia por
medio del Ángel y, cuando es revelada y reconocida, pone término a la ilusión.
La ilusión no debe ser confundida con el
espejismo, se relaciona con la totalidad de la revelación. El espejismo puede
estar, y a menudo lo está, relacionado con la distorsión de lo que ha sido
revelado, pero debe recordarse que la ilusión concierne principalmente a la
reacción de la mente ante el despliegue de la revelación, a medida que el alma la registra y trata de
imprimirla en el aspecto más elevado del yo inferior personal. Por lo tanto, la
ilusión se produce porque la mente no registra, interpreta ni traduce
correctamente lo que le ha sido trasmitido y, en consecuencia. constituye un
pecado (si puedo usar esta palabra) de las personas inteligentes y muy
evolucionadas y de aquéllas que recorren el Sendero y están en proceso de
orientarse correctamente; también constituye un pecado de los discípulos
aceptados al tratar de expandir su conciencia, en respuesta al contacto con el
alma. Cuando han "visto a través de la ilusión" (empleo esta frase
en su sentido esotérico) entonces están preparados para la tercera iniciación.
Nuestro
tema, por lo tanto, es la revelación, y quisiera hacer algunas
observaciones generales sobre el mismo, debido a que por su intermedio puede
ser esclarecido el problema de la ilusión mundial e, incidentalmente, el de la
ilusión individual.
El
desarrollo de la conciencia humana ha sido progresivo en el transcurso de las
épocas, y ha dependido de dos factores principales que están relacionados:
1
El gradual desarrollo de la
mente humana mediante los procesos de la evolución misma. Esto puede ser
considerado como la innata capacidad de aquello que llamamos mente, chitta o
sustancia mental, para llegar a ser cada vez más sensible al impacto del mundo
fenoménico y a la impresión desde los mundos superiores del ser. La mente es el
instrumento que registra el proceso de “llegar a ser", pero es también ‑en
las etapas posteriores del desarrollo humano- capaz de registrar la naturaleza
o función del ser. Por medio del intelecto se revela el proceso de llegar a
ser; el Ser se revela por medio de la intuición. En todo estudio de la ilusión
debe recordarse la naturaleza instrumental de la mente y su poder para
registrar, con exactitud, interpretar y transmitir el conocimiento que proviene
del mundo fenoménico y la sabiduría que proviene del reino del alma.
2
El método por el cual la
humanidad se hace consciente de aquello que no es inmediatamente evidente;
método o proceso que ha sido denominado "revelación impuesta", o sea
la impresión transmitida a las mentes capaces de recibir esas ideas, seres,
planes y propósitos que existen detrás de la escena, por así decirlo, y que
son, en último análisis, los factores que determinan y condicionan el proceso
mundial. Dichas revelaciones, o impresiones vitales subjetivas, son reveladas
por la intuición y no tienen nada que ver con los conocimientos, impresiones e
impactos relacionados con los tres mundos de la evolución humana, excepto en la
medida en que, cuando son captados y comprendidos, han transformado
constantemente el modo de vivir del hombre, han revelado sus metas e indicado
su verdadera naturaleza. Las revelaciones dadas en el transcurso de las épocas
e impresas en las mentes de quienes están entrenados para recibirlas, tratan de
las grandes cosas universales, en lo que concierne al todo, conduciendo a
desarrollar la apreciación de la unicidad de la vida, expresada en forma
hilozoísta. ESPEJISMO DK
lunes, 24 de julio de 2017
LA CEGUERA OCULTA
1. La ceguera constituye el preludio de la iniciación en cualquier grado
que sea. Durante la última y más elevada iniciación llega a su fin la
“tendencia a la ceguera”. La ceguera es natural, innata, inevitable e
impenetrable, en las primeras etapas de la evolución. Durante edades el hombre
camina en la oscuridad. Luego llega la etapa donde la ceguera normal constituye
una protección, pero también entra en una fase donde puede vencerla. La ceguera
a que me he referido, técnicamente hablando, es algo diferente. En cuanto el
ser humano obtiene la primera tenue vislumbre de ese “otro algo”, y se ve a sí
mismo como yuxtapuesto a esa realidad distante e imperceptiblemente sentida, la
ceguera mencionada es algo impuesto por el alma al apresurado aspirante,
a fin de que las lecciones de la experiencia consciente, del discipulado y
posteriormente de la iniciación, puedan asimilarse y expresarse correctamente;
por su intermedio se protege el apresurado buscador contra un rápido y
superficial progreso. Lo que espera descubrir el Instructor interno, y
posteriormente el Maestro, es hondura y un profundo “enraizamiento” (si puedo
emplear tal palabra), y la “ceguera oculta”, su necesidad, su inteligente
manejo y su ultérrima eliminación, forman parte del programa impuesto al
aspirante...
La ceguera es por lo tanto, esotéricamente hablando, el lugar del aprendizaje
y está relacionada con la doctrina del ojo, de la garganta y del corazón. No
lo está con la tenue visión, la percepción de verdades a medias y los
balbuceos del aspirante cuando está aprendiendo a conocerse a sí mismo o cuando
visualiza la meta y trata de recorrer el sendero, condición muy familiar a la
cual están sujetos todos los principiantes sin poder evitarla, pues es
inherente a sus naturalezas. La ceguera oculta es inducida espiritualmente y
oscurece la gloria y la prometida realización y recompensa. El discípulo debe
depender de sí mismo. Sólo puede ver su problema, su pequeño campo de
experiencia y su - para él - débil y limitado equipo. Cuando el profeta Elías
habla de dar al aspirante “los tesoros de la oscuridad” se refiere a esa etapa.
La belleza de lo inmediato, la gloria de la oportunidad presente y la necesidad
de abocarse a la tarea y al servicio, constituyen la recompensa para seguir
adelante en la aparentemente impenetrable oscuridad. Para el iniciado, la
ceguera es más esotérica; para él no existe en absoluto la luz - ninguna luz
terrenal ni tampoco en los tres mundos. Sólo existe oscuridad. El místico lo
denomina “la oscura noche del alma”. (18-169/70)
2. Los velos cumplen su cometido; la ceguera nutre y protege, siempre que
sea innata y natural, impuesta por el alma o espiritualmente engendrada. Si ha
sido ansiosamente autoinducida, si constituye una excusa por el conocimiento
adquirido, si es asumida a fin de evitar responsabilidad, entonces penetra el
pecado y surgen las dificultades, y todos ustedes deben protegerse de esto.
(18-172)
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