ALEGRIA
Sientan gozo, porque el gozo deja penetrar la luz, y donde hay gozo no puede haber espejismo ni
incomprensión. (5-427)
2. Procure expresar felicidad. Trabaje y sirva gozosamente. No sea tan serio, recorra alegremente el Camino
iluminado. Tal es mi plegaria para usted. (5-379180)
3. Puede desarrollar esa cualidad del gozo que es la característica de una personalidad conscientemente
arraigada en el reino del alma. (5-369)
4. Para quienes luchan, perseveran y se esfuerzan, la alegría es múltiple cuando llega la materialización. El
contraste causa alegría, pues conociendo el pasado de tinieblas, gozarán en la luz de la fructificación y poseerán la
alegría del compañerismo experimentado y probado; los años habrán demostrado quiénes son los asociados
elegidos, y en la comunidad del sufrimiento se fortalecerá el vínculo; la alegría de la paz después de la victoria será
suya; para el cansado guerrero los frutos de la realización y el descanso son doblemente dulces; obtendrán la alegría
de participar en el plan de los Maestros, y será correcto todo aquello que los asocie a Ellos más estrechamente; la
alegría de haber ayudado a consolar a un mundo necesitado, de haber llevado luz a las almas ensombrecidas, de
haber curado en alguna medida las Hagas del sufrimiento del mundo, les pertenecerá, y tener conciencia de haber
empleado bien los días y recibir la gratitud de las almas salvadas, trae la mayor de todas las alegrías - la que
experimenta un Maestro cuando sabe que ha contribuido a elevar a un hermano un poco más en la escala de
evolución. Esta alegría les aguarda a ustedes, y no está muy lejana. De manera que, no trabajen para la alegría, sino
hacia ella; no por la recompensa, sino por la necesidad interna de ayudar; no por la gratitud, sino por el impulso que
sobreviene al percibir la visión y comprender la parte que les corresponde desempeñar para traer esa visión a la
tierra.
Ayudará mucho saber diferenciar entre la felicidad, la alegría y la bienaventuranza:
Primero, la felicidad tiene su asiento en las emociones y es una reacción de la personalidad.
Segundo, la alegría es una cualidad del alma, sentida mentalmente cuando se efectúa el alineamiento.
Tercero, la beatitud es la naturaleza del espíritu, sobre lo cual es inútil hacer conjeturas, hasta que el alma se de
cuenta de su unicidad con el Padre. Esta comprensión viene después de una etapa anterior, en la que el yo personal
se unifica con el alma. Por lo tanto, la especulación y el análisis, respecto a la naturaleza de la beatitud, no son de
ningún beneficio para el hombre común, cuyas metáforas y terminología tienen por fuerza que ser personales y están
relacionadas con el mundo de los sentidos. ¿El aspirante se refiere a su felicidad o a su alegría? Si es a esta última,
debe ser efecto de la conciencia y solidaridad grupales, de la unicidad con todos los seres y, después de todo, no
puede ser interpretado en términos de felicidad. La felicidad llega cuando la personalidad cumple con esas
condiciones que satisfacen una u otra parte de su naturaleza inferior; cuando se experimenta una sensación de
bienestar físico, contentamiento con su propio medio ambiente, con las personas que lo rodean o con las oportunidades y contactos mentales. La felicidad constituye la meta del yo separado.
Sin embargo, cuando tratamos de vivir como almas, no tenemos en cuenta la satisfacción del hombre inferior,
sentimos alegría en nuestras relaciones grupales y en esas condiciones que conducen a una mejor expresión de las
almas de aquellos con quienes nos ponemos en contacto. El hecho de aportar alegría a otros, a fin de producir
condiciones mediante las cuales puedan expresarse mejor, podrá tener un efecto físico cuando tratamos de mejorar
sus condiciones materiales, o un efecto emocional cuando nuestra presencia les trae paz y los eleva, o un resultado
intelectual cuando los estimulamos a pensar clara y comprensivamente. Pero en nosotros su efecto es de alegría por
haber sido altruista y desinteresada nuestra acción y no depende de las circunstancias o estado social del aspirante.
Se renuncia forzosamente a gran parte de la felicidad cuando la salud es mala, el medio ambiente difícil y el "karma
acumulado durante muchas vidas" agobia, o cuando las dificultades de la familia, nación o raza, pesan sobre la
personalidad sensible. No debe confundirse la alegría con la felicidad de la juventud o la satisfacción auto centrada de
la persona egoísta o insensible, que se oculta detrás de sus deseos.
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Parece una trivialidad y una paradoja ocultista decir que en medio de una profunda aflicción y desgracia de la
personalidad, se puede conocer y sentir la alegría del alma. Sin embargo es así, y tal debe ser la meta del estudiante.
(4-268/70) DK
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