Para ti caminante.

Conocer el camino no nos hace más sabios, andarlo con virtud, nos transforma en maestros.

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jueves, 11 de julio de 2013

No es fácil recordar que a medida [e147] que vivimos con pureza y rectitud, estamos en realidad trabajando con fuerzas, subyugando energías para nuestras necesidades, subordinando [i192] las vidas elementales a los requisitos de la existencia espiritual y poniendo en actividad un mecanismo y estructura vital que hasta ahora sólo había permanecido en estado latente y pasivo. Sin embargo, no deja de ser una verdad que, cuando las energías latentes en la base de la columna vertebral son conducidas a la cabeza y llevadas (a través del plexo solar, lugar de distribución de energía y de la médula oblongada) al centro entre las cejas, entonces la personalidad, el aspecto materia, alcanza su apoteosis y la Virgen María - en el sentido individual, analogía finita de una Realidad infinita - es "conducida al Cielo" para sentarse allí al lado de su hijo, el Cristo, el alma. Cuando las energías del centro sacro, enfocadas hasta ahora en el trabajo de creación y generación física, y por lo tanto origen del interés y la vida sexual, son sublimadas, reorientadas y ascendidas al centro laríngeo, entonces el aspirante se convierte en una fuerza consciente y creadora en los mundos superiores; traspasa el velo, y empieza a crear el canon de las cosas que, oportunamente, traerán el nuevo cielo y la nueva tierra. Cuando las energías del plexo solar - hasta ahora expresión de la potente naturaleza de deseos, que nutre la vida emocional, de la personalidad - son también trasmutadas y reorientadas y después conducidas al centro cardíaco, se obtiene como resultado, la comprensión de la conciencia, el amor y el propósito grupales, que hacen del aspirante un servidor de la humanidad y un asociado de los Hermanos Mayores de la raza. DK


miércoles, 10 de julio de 2013

¡Cuántas veces se encuentra un estudiante más preocupado en el Maestro y lo que Éste hará, que en su propio trabajo! Sin embargo adaptarse al servicio y capacitarse para colaborar útilmente, son o debieran ser sus principales preocupaciones. Interesa más la investigación respecto al Maestro que las cualidades necesarias para el discipulado. Lo que se sabe respecto a los adeptos interesa más que la constante investigación sobre las limitaciones [i183] e incapacidades, cosa que debería ocupar la atención del aspirante. Es más fácil despertar la curiosidad acerca de las costumbres y los métodos de determinados Maestros para manejar a los discípulos, que aplicar pacientemente hábitos correctos y métodos de trabajo en la vida del pseudo discípulo. Todas estas cuestiones son de orden secundario y sólo dificultan y limitan, y una de las primeras cosas que se aconseja, a quien quiera entrar en comunicación con los Maestros, es apartar su atención de todo lo que no le concierne y enfocarla en los pasos y etapas necesarios que debe expresar en su vida y suprimir esos momentos perdidos, estados de ánimo y períodos mentales que frecuentemente ocupan la mayor parte de su vida mental. Cuando un Maestro desea encontrar a quienes están capacitados para recibir instrucción y enseñanza, busca ante todo tres cosas. Si éstas no existen, será inútil toda devoción, aspiración, pureza y formas de vida. Es esencial que todos los aspirantes comprendan estos tres factores y eviten sufrimiento mental y pérdida de energía. 1. El Maestro busca la luz en la cabeza. 2. Investiga el karma del aspirante. 3. Observa su servicio en el mundo. Si no hay indicios en el hombre de que es, denominado esotéricamente, "una lámpara encendida", será inútil que el Maestro pierda Su tiempo. DK