Para ti caminante.

Conocer el camino no nos hace más sabios, andarlo con virtud, nos transforma en maestros.

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miércoles, 10 de julio de 2013

¡Cuántas veces se encuentra un estudiante más preocupado en el Maestro y lo que Éste hará, que en su propio trabajo! Sin embargo adaptarse al servicio y capacitarse para colaborar útilmente, son o debieran ser sus principales preocupaciones. Interesa más la investigación respecto al Maestro que las cualidades necesarias para el discipulado. Lo que se sabe respecto a los adeptos interesa más que la constante investigación sobre las limitaciones [i183] e incapacidades, cosa que debería ocupar la atención del aspirante. Es más fácil despertar la curiosidad acerca de las costumbres y los métodos de determinados Maestros para manejar a los discípulos, que aplicar pacientemente hábitos correctos y métodos de trabajo en la vida del pseudo discípulo. Todas estas cuestiones son de orden secundario y sólo dificultan y limitan, y una de las primeras cosas que se aconseja, a quien quiera entrar en comunicación con los Maestros, es apartar su atención de todo lo que no le concierne y enfocarla en los pasos y etapas necesarios que debe expresar en su vida y suprimir esos momentos perdidos, estados de ánimo y períodos mentales que frecuentemente ocupan la mayor parte de su vida mental. Cuando un Maestro desea encontrar a quienes están capacitados para recibir instrucción y enseñanza, busca ante todo tres cosas. Si éstas no existen, será inútil toda devoción, aspiración, pureza y formas de vida. Es esencial que todos los aspirantes comprendan estos tres factores y eviten sufrimiento mental y pérdida de energía. 1. El Maestro busca la luz en la cabeza. 2. Investiga el karma del aspirante. 3. Observa su servicio en el mundo. Si no hay indicios en el hombre de que es, denominado esotéricamente, "una lámpara encendida", será inútil que el Maestro pierda Su tiempo. DK


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