Para ti caminante.
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domingo, 19 de noviembre de 2023
miércoles, 11 de octubre de 2023
Concerniente a los Escritos de la Sabiduría Eterna sobre el Pueblo Judío
Los siguientes pensamientos son puestos a consideración por gente de Buena Voluntad que busca reconciliar su interés por los libros de Alice Bailey con las ocasionalmente controvertidas declaraciones de ésta acerca del rol del Pueblo judío en el Plan divino para nuestro mundo.
En muchos de los libros que Alice Bailey escribió, bajo el dictado del Maestro de Sabiduría conocido como Djwhal Khul (frecuentemente referido simplemente como “D.K” o “El Tibetano”), encontramos comentarios sobre el pueblo judío que han provocado interrogantes en las mentes de mucha gente de Buena Voluntad desde que los libros comenzaron a ser publicados hace aproximadamente ochenta años. Sin embargo, el material que existía, en forma impresa, era accesible al entendimiento en su mayoría sólo dentro de su propio contexto, realizando la lectura de los amplios parámetros de la Sabiduría Eterna (la antigua enseñanza espiritual transmitida desde tiempos inmemoriales y no diluida por los rumbos o cultura de cualquier período particular en la historia humana). Ahora el crecimiento de la tecnología ha hecho posible la difusión de los libros a través de CDs, con fáciles y rápidas posibilidades de búsqueda. El material que en un principio era ofrecido solo en su propio y amplio contexto, ahora puede extractarse y ofrecerse a todo el mundo por cuenta propia, fenómeno que está sucediendo por medio de Internet.Existe un cierto número de páginas Web dedicadas a atacar los escritos del Tibetano y de Alice Bailey y como poseedores y propietarios que somos de los derechos de autor de esos libros, se nos ha invitado a responder los cuestionamientos acerca de la legitimidad espiritual de estas enseñanzas.
Un factor adicional que debe considerarse, es el aumento de la sensibilidad social con respecto a las diferencias de raza, religión y cultura, que hacen que los comentarios del Tibetano parezcan cada vez más sorprendentes. En parte, esto es consecuencia del crecimiento de lo “políticamente correcto” y, seguramente, del incremento del entendimiento de los efectos de las palabras y de su origen en el pensamiento, lo cual contribuye a un mayor bien para todos. Sin embargo, los Maestros de Sabiduría, conocidos colectivamente como la Jerarquía, nunca han intentado adaptar Sus enseñanzas a los estándares de lo “políticamente correcto”. Un Maestro habla desde el nivel de la Verdad pura, porque su visión abarca el vasto alcance del Plan a través de la historia y del rol de nuestro planeta en ese Plan.
Los Escritos de Alice Bailey:
Los libros que el Tibetano escribió, con la cooperación de Alice Bailey, entre 1919 y 1949 se planearon como una fase intermedia dela triple entrega de Sabiduría Eterna planeada por la Jerarquía para preceder y condicionar la Nueva Era o Edad Acuariana. Cuando observamos el escenario mundial, podemos ver la enorme importancia del rol desempeñado por el pueblo judío y el estado de Israel, particularmente en los últimos cien años en la historia mundial. Esto puede explicar, en parte, la razón por la cual el Tibetano enfocó su atención especialmente en los judíos. Debido a que el establecimiento de rectas relaciones entre todos los aspectos de nuestra vida planetaria es el objetivo del Plan, se hace esencial la obtención de una paz justa y duradera en el Oriente Medio. Punto de inflexión para gran parte del conflicto mundial de hoy.
Alguna gente se sorprende de que, estando la historia humana tan llena de ejemplos sobre la inhumanidad del hombre por el hombre, el Tibetano parezca enfocar con especial criticismo a los judíos. Todas las cuestiones sobre las que el Tibetano escribió, necesitan ser estudiadas en el contexto global de sus enseñanzas, que promueven la Buena Voluntad, la tolerancia y el mutuo respeto. Los comentarios sobre el pueblo judío deben ser leídos en su contexto integral, el cual incluye una mención acerca de la espléndida contribución del pueblo judío en muchos sectores de la vida humana. La crítica de las tendencias separativas del sionismo debe ser leída en el contexto de otros comentarios que mencionan los subterfugios del Vaticano, el materialismo en las iglesias Cristianas y el eclecticismo en general. También habló abiertamente sobre su oposición al aislacionismo americano, al totalitarismo soviético, al fascismo, al nazismo y al gran mal personificado por Hitler y sus más cercanos asociadosy al pacifismo durante la Segunda Gran Guerra Mundial, todos los cuales comprometieron la esencial unidad de la humanidad y el responsable espíritu de libertad.
Es ese espíritu de amor y de identificación inclusiva lo que parece evocar el entendimiento y cooperación del grupo esotérico en la curación del fundamental problema humano de la separatividad. Muchos seres de Buena Voluntad están trabajando diligentemente para encontrar una solución. De manera que, el aspecto único de las enseñanzas esotéricas radica en desafiar al estudiante a penetrar al nivel causal de todos los problemas humanos donde, el origen espiritual de los problemas, puede ser identificado y precipitar soluciones duraderas en la conciencia humana. Quizás haya sido esta la causa por la cual el Tibetano insistiera en su criticismo al sionismo el cual pretende resolver el problema de la estigmatización del pueblo judío dándoles sus propias tierras en lugar de trabajar en su integración dentro de las naciones ya existentes.
La Historia tal como es Interpretada por la Sabiduría Eterna
Un estudio de la historia de los judíos, según lo presentado por la Sabiduría Eterna, puede traer una comprensión más profunda tanto de la grandeza de su logro como de su deuda kármica. Los orígenes del pueblo judío datan, según lo expresa el Tibetano, a un período muy anterior al que se nos relata en el Antiguo Testamento. Tan antiguo es el lugar de los judíos en el destino de la raza humana que el Tibetano dice que " el judío incorpora en sí mismo y simbólicamente, la historia toda de la humanidad".
La historia, según la interpreta la Sabiduría Eterna, cubre un tramo de tiempo tan extenso que es prácticamente incomprensible a la mente humana. Dentro del Plan Divino, la humanidad como el cuarto reino y mediadora en el despliegue evolutivo de la vida sobre la tierra, (desde la materia más densa hasta el espíritu), desempeña un papel crucial y de inflexión en este proceso. La humanidad moderna, según la Sabiduría Eterna, está entrando a una nueva edad conocida como Acuario. En una época muy anterior, gobernada por la constelación de Géminis, el cenit del logro humano para ese tiempo fue alcanzado por un grupo de discípulos judíos que serían los originadores y fundadores del moderno pueblo judío. Según la antigua enseñanza espiritual, este grupo, altamente desarrollado, se rebeló contra " el mandato de entrar, libremente y sin posesiones, al lugar donde se puede encontrar la Luz. Intentaron retener lo que habían recolectado y dedicarlo al servicio de Dios " (Libro Psicología Esotérica, Vol. I, p. 309). Tres discípulos de este grupo que " se rebelaron del drama de austeridad" llegaron a ser los fundadores del moderno pueblo judío.
Colocar este acontecimiento en un contexto histórico es virtualmente imposible. El Tibetano dice que “ la raza es tan antigua que no existe nación en el mundo que no tenga raíces en ese grupo, el cual, en la antigua Lemuria, había logrado tal grado de evolución que sus personajes más destacados estaban en el sendero del discipulado.” No hay ningún linaje racial en el mundo occidental que no tenga vástagos de este antiguo y selecto pueblo, excepto los finlandeses y los lapones y esas naciones que tienen una definida descendencia mongólica. Los tres discípulos originales y sus familias fueron los progenitores de tres grupos raciales importantes, que pueden clasificarse en forma general:
1. La raza semita o las razas de los tiempos bíblicos y modernos: los árabes, afganos, moros y los vástagos y las afiliaciones de esos pueblos incluyendo los egipcios modernos. Todos estos descienden del mayor de los tres discípulos.
2. Los pueblo latinos, sus diversas ramas en todo el mundo, y las razas celtas, dondequiera se encuentren, son descendientes del segundo de los tres discípulos.
3. Los teutones, los escandinavos y los anglosajones son descendientes del tercero de los tres discípulos.
(Ver el libro Psicología Esotérica, Vol. I, Pág. 312)
Este origen común, esta historia kármica compartida por tantas personas del mundo de hoy se ha perdido de vista y esta visión, que precede a la historia documentada, no puede ser verificada claramente por la ciencia. Pero si uno se acerca a esta enseñanza, intuitivamente, puede ayudar a verter luz acerca del por qué de la visión de la Sabiduría Eterna sobre el papel de los judíos que, sin embargo, constituyen solamente un porcentaje pequeño de la población actual del mundo, aunque muy significativo.
También ayuda a clarificar el porqué los judíos, " constituyen en conjunto el plexo solar del Logos planetario; su problema se utiliza hoy para enfocar, calificar y condicionar la naturaleza sensoria del mundo, y las reacciones emocionales de la naturaleza sensible de la humanidad y del Logos planetario. Recuerden que la Personalidad de nuestro Logos planetario no es aún perfecta, de allí que Su cuerpo de manifestación, el planeta, no sea considerado planeta sagrado. A través del pueblo judío en el mundo, el sentimiento de simpatía o antagonismo que expresa amor o está condicionado por el odio- se va acumulando para enfocarse en el centro plexo solar planetario, lo cual es preparatorio para un cambio grande y permanente. Por esta razón he dicho a algunos de mis estudiantes que cuando la humanidad haya solucionado correctamente el problema judío, y se haya resuelto de una manera sensata y humanitaria, entonces la energía del centro plexo solar planetario habrá sido elevada al corazón y habrá hecho una gran transmutación". (Exteriorización de la Jerarquía, p. 78)
Debemos hacer hincapié en la siguiente declaración del Tibetano,
" a través del pueblo judío en todo el mundo, el sentimiento ... se está acumulando...". Esto implica que la naturaleza del sentimiento de todos los seres humanos, no sólo de aquellos encarnados actualmente en cuerpos judíos, se está estimulando con su reacción a los problemas centrados en la situación de los judíos. Todos hemos tenido parte en la generación de este problema a través de los milenios y depende de la gente de Buena Voluntad solucionarlo a través del correcto pensamiento, de las actitudes amorosas y de una identificación constante con la realidad de la Humanidad Una.
La Raza en la Sabiduría Eterna
Otra frecuente mala interpretación, acerca de lo brindado por la Sabiduría Eterna, se centra sobre el término “Ario”, el cual es el nombre dado a la familia de idiomas indoeuropeos y a los hablantes de esos idiomas y, posteriormente, deformado en la Alemania nazi al aplicarlo a una raza específica. La enseñanza esotérica utiliza este término aplicándolo a un estado evolutivo en la consciencia. Citando al Tibetano: " cuando utilizo la palabra ‘raza’ no me refiero a las diferenciaciones hechas por el hombre ni a las seudo-científicas, respecto a las naciones, razas o tipos sino a un estado de consciencia aria o consciencia mental o estado reflexivo; éste tiene sus exponentes y sus “miembros de raza” en cada nación, sin diferencias u omisiones. Quisiera que lo recuerden cuidadosamente, pues no está por aparecer una nueva raza, desde el ángulo territorial; sólo hay una distribución general de esas personas que poseen las denominadas características de la sexta raza raíz. Este estado de consciencia encontrará expresión en personas tan racialmente separadas como los japoneses y los americanos, los negros y los rusos. Significa que hay una capacidad para actuar con lucidez en el plano mental, comparar las informaciones, interpretar correctamente y relacionar esa información, y crear los conceptos necesarios o formas mentales para posibilitar esas interpretaciones " (Rayos e Iniciaciones. P. 487)
Otro punto de preocupación para muchos es la oposición constante del Tibetano al movimiento político judío de extrema derecha conocido como Sionismo (Nota: similar en sus bases a otros movimientos de ultraderecha, como el Nazismo). El Tibetano creía que el “problema judío” se podría solucionar, solamente, por la integración de los mismos enlas naciones del mundo, no estableciéndolos en un lugar aparte, en una nación separada. Sin embargo, casi todos los escritos que completó, con la colaboración de su amanuense Alice Bailey, fueron terminados antes de que el estado de Israel se fundara en 1948, e Israel fuera una realidad durante más de cincuenta años. Esta situación no mejorará por el pensamiento crítico y de odio hacia los ciudadanos israelíes o sus vecinos. Principalmente, todos los seres de Buena Voluntad están obligados a tender un puente de amor comprensivo y de compasión para todos aquellos afectados por el sufrimiento resultante del conflicto de larga duración en Oriente Medio. Todos los que se acogen a los valores espirituales deben acercarse a la situación de Oriente Medio con una valoración realista de las actuales circunstancias y enfocarse en el cambio creativo que conduzca a mejorar las condiciones para todos los involucrados. Es un desafío difícil, pero no imposible. Y vale cada gramo de esfuerzo que podamos aplicar para una solución justa, porque " cuando la humanidad haya solucionado el problema judío (con la colaboración comprensiva de su parte) y superado los antiguas antipatías y odios, podrá fusionar el problema en una vasta situación humanitaria" (Exteriorización de la Jerarquía, p. 70)
La Buena Voluntad y la Libre Voluntad en la Sabiduría Eterna
Bajo el Plan divino para nuestro mundo, la Humanidad es dejada en libertad para que resuelva su propio destino. Citando al Tibetano una vez más: " La raza judía es un símbolo de la humanidad en su sentido masivo. En la resolución de su conflicto y en la iniciación de la acción correcta, tendrá lugar un gran avance en la liberación humana". (Los Rayos y las Iniciaciones, p.525).
martes, 3 de octubre de 2023
EL SEXO Y EL DISCIPULADO
martes, 1 de agosto de 2023
Aspirante espiritual
El karma del aspirante es de tal naturaleza que puede, mediante el esfuerzo esmeradamente aplicado, manejar su vida, de manera que no sólo cumple con su karma, desempeñando sus obligaciones, sino que tiene la suficiente determinación para permitirle solucionar los problemas y cumplir también con las obligaciones del discipulado. Desempeña con correcto móvil su servicio en bien de los demás; comienza a ejercer y a hacer sentir su poder; pierde de vista su propio interés por el ajeno. Cuando esto sucede se producen ciertos acontecimientos esotéricos.
El Maestro consulta con algunos de Sus discípulos más avanzados, si es aconsejable admitir al aspirante dentro del aura del grupo, y mezclar su vibración con la del grupo. Si se llega a alguna decisión, en el término de dos años, un discípulo avanzado actúa entonces como intermediario entre el Maestro y el aspirante recientemente aceptado. Trabaja con el nuevo discípulo aminorando (si así puede expresarse) la vibración del Maestro para acostumbrar a los cuerpos de aquél a las aceleradas vibraciones superiores. Plasma en la mente del discípulo, por medio de su ego, los planes e ideales del grupo, y observa su reacción a los acontecimientos y oportunidades de la vida. Podría decirse que asume por el momento y en forma práctica, los deberes y la posición del Maestro.
El aspirante ignora durante todo este tiempo lo que ha sucedido, y es inconsciente de sus contactos subjetivos. Sin embargo, reconoce en sí mismo tres cosas:
Acrecentada actividad mental. Al principio esto le traerá mucha dificultad y le parecerá como si estuviera perdiendo el control de la mente en vez de adquirirlo, pero sólo es un estado transitorio, y gradualmente asumirá el mando.
Acrecentada respuesta a las ideas y creciente capacidad para visualizar el Plan de la Jerarquía. Esto, hasta cierto punto, lo convertirá en un fanático en las primeras etapas. Continuamente será arrastrado por ideales, ismos, modos de vivir y nuevos sueños, en bien del mejoramiento de la raza. Se afiliará a un culto tras otro, porque quizás ello posibilitará la llegada del milenio. Pero después de un tiempo recobrará su equilibrio y el propósito asumirá el control de su vida. Trabajará en su propia ocupación, y contribuirá a la actividad del todo, de acuerdo a su capacidad.
Acrecentada sensibilidad síquica. Indica conocimiento y al mismo tiempo una prueba. Puede ser seducido por los poderes síquicos y tentado a desviar su esfuerzo del servicio especializado a la raza, hacia la explotación de los poderes síquicos, utilizándolos para el propio engrandecimiento. El aspirante debe progresar simultáneamente en todos los aspectos de su naturaleza, pero hasta no actuar conscientemente como alma o psiquis, y emplear la inteligencia cooperadora, los poderes inferiores deben estar pasivos, los cuales pueden ser utilizados sin peligro por los discípulos avanzados e iniciados. Son armas e instrumentos de servicio que deben ser empleados en los tres mundos por quienes aún están atados a esos mundos por la Ley de Renacimiento. Quienes han pasado por la gran Liberación y “cruzado ocultamente el puente”, no necesitan emplear los poderes inherentes a los vehículos inferiores, pueden utilizar el conocimiento infalible de la intuición y la iluminación del principio Luz.
Tratado sobre Magia Blanca pág 128/30
domingo, 2 de julio de 2023
Este signo constituye una de las dos puertas del zodíaco, porque a través de él pasan las almas a la manifestación externa, a la apropiación de la forma y a la consiguiente identificación con ella, durante largos ciclos. Es “la puerta que está ampliamente abierta, ancha y fácil de atravesar, que conduce, sin embargo, al lugar de la muerte y a ese largo período de aprisionamiento que precede a la rebelión final”.
sábado, 15 de abril de 2023
EL PROBLEMA DE LA RECONSTRUCCIÓN FÍSICA DEL MUNDO.
Hay tres líneas a lo largo de las cuales el hombre debe reconstruir y son físicas, psicológicas y espirituales. Debe recordarse que las formas son el signo exterior y visible de una realidad interior y espiritual. Dos grandes movimientos se pueden ver activos hoy entre los hombres; uno es el reconocimiento de la necesidad de una reforma física y el otro indica la realidad del despertar del impulso espiritual que hoy es evidente en todas partes y que traerá un nuevo enfoque a la divinidad. Uno de los beneficios destacados de esta guerra (desde el punto de vista de largo alcance) y una de las tragedias agonizantes (desde el ángulo de la visión miope) ha sido la destrucción de muchas de las antiguas ciudades y centros de ocupación humana masiva. Las áreas más recientemente desarrolladas del planeta, como América del Norte, Nueva Zelanda [página 17] y Australia, se han librado de la destrucción de sus principales ciudades. Esto se debió al hecho de que no había gran necesidad de su destrucción porque se construyeron siguiendo las líneas más nuevas y no se han erigido sobre los sótanos, criptas y alcantarillas del pasado, como lo han hecho las ciudades de Europa y los países más antiguos. Están, si se me permite expresarlo así, sobre suelo virgen. Pero las principales ciudades de Europa son muy, muy antiguas; era esencial que fueran destruidos, y la destrucción generalizada con la que ahora estamos tan familiarizados se verá más adelante como de gran y vital importancia, así como beneficiosa. El mundo del futuro será muy diferente al del pasado; el culto a lo antiguo y el amor moderno a lo antiguo ya lo antiguo no atraerán a las generaciones venideras. Esto es en gran parte evidente hoy en día. Los hombres y mujeres del futuro serán progresistas y no reaccionarios; serán creativos en un nuevo sentido, produciendo una belleza, una simetría y un arreglo armonioso que hoy no se puede soñar; no servirán para nada excepto para la preservación de lo extraordinariamente bello y de importancia espiritual (no me refiero aquí a la religión). Los modos de vida actuales, muy preciados, les parecerán extraños y anticuados, tan extraños como nos parecerían a nosotros en este momento las casas de los antiguos britanos y los primeros romanos. El fuego del cielo se ha aplicado a las profundidades mismas de nuestras grandes ciudades en Europa, desenterrando antiguos males, sacando a la luz los cimientos de los edificios, necesitando una planificación, una reconstrucción y una re-ubicación de ciudades enteras en muchos de los países. Esto es muy bueno. Pero esta terrible destrucción no parecerá tan buena a los hombres y mujeres que la han contemplado o que han compartido las viejas formas de vivir. [página 18] Tan grandes serán y deben ser los cambios y diferencias que tomarán el lugar de lo que ha sido viejo —lo viejo, lo antiguo y lo amado— que aquellas ciudades que no han sido destruidas y, por lo tanto, no se han purificados por el fuego purificador, encontrarán razones para lamentar su escape y serán inducidos (si son sabios) a destruir lo viejo, lo contaminado y lo insalubre, y a reconstruir y reemplazar los viejos centros de habitación humana con edificios más acordes con las demandas vivas de la humanidad. Todo esto ha sucedido antes, pero no a escala planetaria. Antiguas ciudades con inmensas poblaciones yacen hoy bajo la superficie de la tierra, olvidadas y, hasta el día de hoy, desconocidas. En su tiempo, fueron la maravilla del mundo, pero ahora se han perdido de vista e incluso si resucitaran resultarían sorprendente mente inadecuados para los requisitos del hombre moderno. En los últimos treinta años ha tenido lugar un proceso de destrucción más rápido; una nueva red planetaria de ciudades —de idea moderna y libre de antiguas corrupciones y maldad— (durante los próximos trescientos años) cubrirá la tierra.
Los Problemas de la Humanidad. DK
martes, 28 de febrero de 2023
Realidad de la Inmortalidad y de la Persistencia Eterna
El espíritu del hombre es inmortal; perdura eternamente, progresando de un nivel a otro y de una etapa a otra en el Sendero de Evolución, desarrollando constante y correlativamente los atributos y aspectos divinos. Esta verdad implica, necesariamente, el reconocimiento de dos grandes leyes naturales: La Ley de Renacimiento y la Ley de Causa y Efecto. Las iglesias de Occidente rehusaron reconocer oficialmente la Ley de Renacimiento; así se extraviaron en un atolladero teológico y en un callejón sin salida. Las Iglesias de Oriente han recalcado con exceso estas leyes, al punto que predomina en el pueblo una actitud negativa de conformismo hacia la vida y sus procesos, fundándose en una constante renovación de la oportunidad. El cristianismo ha insistido en la inmortalidad, pero afirma que la felicidad eterna depende de la aceptación del dogma teológico que dice: Profesa la verdadera fe cristiana y vivirás eternamente en un fastuoso cielo; rehusa aceptar el dogma cristiano e irás a un infierno indescriptible –infierno surgido de la teología del Antiguo Testamento y de la presentación de un Dios lleno de odio y envidia. Ambos conceptos son hoy rechazados por los pensadores sensatos y sinceros. Nadie que razone o crea en un Dios de Amor acepta el cielo de los eclesiásticos, o tiene deseo de ir al mismo. Tampoco aceptan el “lago que arde con fuego y azufre”, ni la eterna tortura que, según se supone, un Dios de amor condena a todo aquel que no cree en las interpretaciones teológicas de la Edad Media, de los fundamentalistas modernos o eclesiásticos que tratan – mediante la doctrina, el temor y la amenaza— de dominar al pueblo con una enseñanza antigua y caduca. La verdad esencial reside en otra parte. “El hombre cosecha lo que siembra”, verdad que debe ser reafirmada. Con estas palabras San Pablo nos define la antigua y verdadera enseñanza de la Ley de Causa y Efecto, denominada en Oriente la Ley del Karma. A esto agrega, en otra parte, el mandamiento “logra tu propia salvación” y –como esto contradice la enseñanza teológica y sobre todo no puede lograrse en una sola vida— apoya implícitamente la Ley de Renacimiento y hace de la escuela de la vida una experiencia que se repite constantemente hasta que el hombre haya cumplido el mandato del Cristo (lo cual se refiere a todos los hombres) cuando dice: “sed perfectos como vuestro Padre en el Cielo es perfecto”. Al reconocer el resultado de las acciones buenas o malas, y por el constante renacimiento el hombre alcanza, con el tiempo, “la medida de la estatura de la plenitud del Cristo”. La realidad de esta divinidad innata explica el anhelo que anida en el corazón de todo hombre por superarse, adquirir experiencia, progresar, acrecentar su comprensión y esforzarse constantemente en conquistar las lejanas cumbres que ha visualizado. No existe otra explicación sobre la capacidad que posee el espíritu humano para salir de la oscuridad, del mal y de la muerte, y entrar en la vida y el bien. Tal surgimiento ha sido infaliblemente la historia del hombre. Siempre le acontece algo al alma humana que la proyecta más allá de la Fuente de todo Bien. Nada en la tierra puede detener este acercamiento a Dios.
Los Problemas de la Humanidad Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul
lunes, 2 de enero de 2023
1. Quizás pregunte sobre qué debe fundarse una decisión correcta, y responderé en los términos siguientes:
Sobre lo que se le presenta como oportunidad espiritual, lo cual puede llevar a cabo sin abandonar obligaciones correctas e ineludibles. Digo obligaciones correctas y no inclinaciones de la personalidad.
Sobre lo que le proporcione un campo más amplio de servicio, para que entren en actividad sus poderes, dones y talentos adquiridos, y le otorgue un desarrollo total que lo capacitará para la próxima vida de actividad.
Sobre lo que usted puede hacer mejor que nadie. Las puertas se abren y cierran, y el discípulo en entrenamiento tiene que cultivar esa respuesta espiritual e instintiva, que le permitirá saber qué puerta quiere su alma que usted trasponga. (5-200)
2. Su línea de desarrollo es prestar servicio en el mundo. Le corresponde saber y decidir qué dirección tomará ese servicio y en su mente está el germen de esa decisión. Nunca doy instrucciones definidas para regir el servicio que presta un discípulo, porque así no se desarrollan los servidores. (5-275).
3. El discípulo consagrado enfrenta primero, la crisis de la oportunidad y su reconocimiento inteligente. En algún momento el discípulo debe tomar una determinante decisión que oportunamente le indicará la naturaleza característica del servicio que prestará en la vida. Esto tiene lugar generalmente entre los veinticinco y cuarenta años, por lo común alrededor de los treinta y cinco. No me refiero aquí a la decisión que todo hombre capaz y sensato toma, cuando determina el trabajo que realizará, el lugar donde vivirá y sus asociados en su vida; me refiero a la libre decisión...
...después de todas las decisiones menores. La crisis de la oportunidad tiene relación siempre con el servicio que se presta en la vida. Esto es así a pesar del karma o de las condiciones ambientales. No es una decisión de la personalidad, basada en la conveniencia o en móviles terrenos, en la necesidad o en cualquier otra cosa. Es una decisión basada en la relación del alma con la personalidad, y la enfrentan únicamente los discípulos. (6-551).
4. ¿Cómo tomar la correcta decisión? Primero, eliminando el egoísmo y despreocupándose de la felicidad o de las experiencias de la personalidad; segundo, negándose actuar con demasiada rapidez. El discípulo debe saber que al tomar una correcta decisión --que para él será irrevocable--, pone en actividad la energía en las líneas indicadas y, hecha la decisión, sigue lentamente la estela de esa energía. Lo antedicho contiene profundas significaciones, y lo insto a realizar el esfuerzo para comprender lo que quiero significar. (6-627).
5. ¿Qué criterio puede aplicar el hombre para saber cuál de las distintas actividades a emprender es la correcta? En otras palabras, ¿existe un algo revelador que permite al hombre, inequívocamente, elegir la correcta actividad y seguir el camino correcto? La pregunta no se refiere a la elección entre el sendero del esfuerzo espiritual y el camino del hombre mundano, sino a la correcta acción cuando lo enfrenta la elección.
Sin duda, el hombre durante su progreso enfrenta diferenciaciones cada vez más sutiles. La cruda discriminación entre el bien y el mal, que preocupa al alma infantil, es seguida por las diferenciaciones más sutiles de lo correcto o más correcto, elevado o más elevado, y los valores morales o espirituales, deben enfrentarse con la percepción espiritual más meticulosa. En la tensión, en los afanes de la vida y en la constante presión sobre cada uno de quienes constituyen su grupo, la complejidad del problema llega a ser muy grande.
Al resolver estos problemas ciertas amplias discriminaciones pueden preceder a las más sutiles, y cuando se toman estas decisiones, entonces las más sutiles pueden reemplazarlas. la elección entre la acción egoísta y la altruista es la más fácil a seguir al elegir entre lo Correcto y lo incorrecto, y fácilmente es determinada por el alma honesta. Una elección que involucra la discriminación entre el beneficio individual y la responsabilidad grupal, elimina rápidamente otros factores, y esto resulta fácil para el hombre que se hace cargo de su debida responsabilidad. Observen las palabras “debida responsabilidad”. Estamos considerando al hombre normal y sensato y no al fanático, excesivamente escrupuloso y morboso. Luego viene la diferencia entre lo conveniente, implicando los factores de las relaciones comerciales y financieras del plano físico, conducente a una consideración del máximo bien para todos. Después de haber llegado a cierta posición, debido a este triple proceso eliminativo, surgen casos donde aún hay que hacer una elección, donde ni el sentido común ni la lógica ayudan, ni tampoco la razón discriminadora. Sólo está presente el deseo de hacer lo correcto; la intención es actuar en la forma más elevada posible y tomar la línea de acción que produzca el máximo bien para el grupo, independientemente de toda consideración personal. Sin embargo, no se percibe la luz en el sendero a seguirse; tampoco se reconoce la puerta que se debe atravesar, permaneciendo el hombre en un estado de constante indecisión. ¿Qué debe hacerse entonces? Una de estas dos cosas:
Primero, el aspirante puede seguir su inclinación y elegir esa línea de acción que le parece más inteligente y mejor. Esto involucra la creencia en la actuación de la Ley del Karma y también una demostración de esa firme decisión, que es la mejor forma en que su personalidad puede aprender a ajustarse a las decisiones de su propia alma. También implica la capacidad de seguir adelante sobre la base de la decisión tomada, y así atenerse a los resultados, sin malos presentimientos ni vanas lamentaciones.
Segundo, basado en un sentido interno de orientación, el aspirante puede esperar, sabiendo que a su debido tiempo comprobará, al cerrar todas las puertas menos una, cuál es el camino a seguir. Existe sólo una puerta abierta por la que él puede pasar. Es necesaria la intuición para reconocerla. En el primer caso se puede cometer errores, y por medio de éstos el hombre aprende y se enriquece; en el segundo son imposible los errores y sólo puede emprenderse la correcta acción.
Por lo tanto, es evidente que todo se reduce a una comprensión de nuestro lugar en la escala de la evolución. Sólo el hombre altamente evolucionado puede conocer los momentos y las temporadas, y discernir adecuadamente la diferencia sutil entre una tendencia síquica y la intuición.
Al considerar estas dos formas de llegar a una decisión final, el hombre, que emplea su sentido común y toma una línea de acción basada en el empleo de la mente concreta, no debe practicar el método superior de esperar a que se abra una puerta. Espera demasiadas cosas en el lugar en que se encuentra. Debe aprender a resolver sus problemas por la acertada decisión y el correcto empleo de la mente. Progresará mediante dicho método, pues las raíces del conocimiento intuitivo están arraigadas hondamente en el alma y, por consiguiente, debe establecer contacto con el alma antes de poder actuar la intuición. Sólo se dará una sugerencia: la intuición concierne siempre a la actividad grupal y no a los pequeños asuntos personales. Si usted está centrado en la personalidad debe reconocerlo y regir sus acciones con las facultades de que dispone. Si sabe que actúa como alma y se sumerge en el interés de los demás y no está obstaculizado por el deseo egoísta, entonces cumple con la obligación que le corresponde, se hará cargo de su responsabilidad, lleva a cabo su trabajo grupal y se le abre el camino mientras desempeña la tarea que tiene por delante y cumple con su deber más inmediato. Del deber cumplido esmeradamente, surgirán esos deberes mayores que llamamos trabajo mundial; de llevar la carga de la responsabilidad de la familia se fortalecerán nuestros hombros y nos permitirá soportar las del grupo mayor. ¿Cuál es entonces el criterio?
Para el aspirante de grado superior, repito, la elección de la forma de actuar depende del sensato uso de la mente inferior, el empleo de un sólido sentido común y el olvido del bienestar egoísta y la ambición personal. Esto conduce al cumplimiento del deber. El discípulo debe llevar a cabo, necesaria y automáticamente, todo lo antedicho y además utilizar la intuición, que le revelará el momento en que puede hacerse cargo de las responsabilidades grupales más amplias, simultáneamente con las del grupo menor. Reflexionen sobre esto. La intuición no revela la forma en que puede fomentarse la ambición, ni cómo satisfacerse el deseo del progreso egoísta. DK